SOBRE MÍ

Mi nombre es Imar Campos. Soy fotógrafa, terapeuta, buscadora y madre.

Durante mucho tiempo quise ser invisible en el mundo. Encontré en los retratos una forma de expresar quién soy a través de mi cámara de fotos, sin necesidad de palabras para nombrar mis sentimientos y emociones.

Siempre he tenido una conexión profunda con la fotografía y con lo creativo en general. En mi mirada al mundo busco naturalmente la belleza, una mirada que reconoce la sutileza en los detalles, que ve la luz donde no todos la ven, que es curiosa, que cree en los signos y la magia, que inspira confianza en la apertura del otro desde edad muy temprana.

La Retratoterapia es más que hacer bellos retratos, es una intención de traer más humanidad a la fotografía. Es el deseo de ayudar a dar un nuevo significado a la forma en que enfrentamos nuestra propia imagen, a través de retratos que nos recuerden que todas tenemos una belleza única.

Esa belleza que desborda con una mirada, con una sonrisa que se escapa en medio de una conversación, que es poesía en la forma en que nos tocamos la piel, a través de gestos que imprimen nuestra verdad, y que la está mucho más allá de lo que nuestros ojos físicos a menudo son capaces de percibir.

Mi intención es contar tu historia, ayudar en la relación con tu cuerpo y con la forma en que te ves en el espejo. Quiero mostrarte la belleza que hay en el momento que estás viviendo, en cada fase y en cada ciclo que te ha traído hasta hoy.

Quiero que mi trabajo ayude a las mujeres a mejorar la imagen que tienen de ellas mismas, reencontrándose con su belleza y su poder innato para que se extienda sobre las diferentes facetas de sus vidas y brillen con luz propia.

Si estás pasando por una fase de transformación, buscando nuevamente tu propia identidad como mujer madura, tratando de recuperar tu autoestima, estoy aquí para poder echarte una mano, para llevarte nuevamente a recordar quién eres hoy y, sobre todo, a recordarte que TÚ belleza es única cuando te permites expresarte en todas tus versiones, sin culpa ni miedo de traer su esencia al mundo.

Además de la fotógrafa, integro a la terapeuta, a la artista, a la mujer intuitiva y humana que me atraviesa, en una larga bolsa de procesos personales y colectivos. En un clima lleno de cariño, paciencia y ligereza, hablamos y retratamos, accediendo a un tiempo y espacio únicos, de modo que incluso antes de que lleguen las fotos, la experiencia sola, ya es muy transformadora.

Si te interesa saber más sobre mis sesiones de RETRATOTERAPIA, ponte en contacto conmigo sin compromiso y concertamos una entrevista donde te explique mi propuesta para que puedas verte en la mejor versión de ti misma que solo tú puedes reconocer.

Un abrazo fuerte y ¡espero conocerte pronto!